La Voz de Galicia ha entrevistado a la directora general de Pompas para hablar sobre la actualidad de la empresa y del sector funerario en la región.
¿El reto era mantener la esencia de una empresa con casi medio siglo de historia?
Pompas siempre ha sido una institución en A Coruña, pero A Palloza empezó a desdibujarse hace unos diez años. Antonio ya estaba mayor y, digamos, no tuvo fuerzas para adaptarse a la nueva situación del mercado.
Ha renovado las instalaciones, pero cuenta con el mismo equipo experimentado de siempre.
Ese es nuestro gran activo. Son personas que llevan trabajando en la empresa una media de veinte años. Han pasado por cualquier tipo de situación dramática y hay una experiencia, un trato cercano y un cariño especial.